Galletas integrales de miel y canela, sin harinas refinadas y muy bajas en azúcar añadido, perfectas para recibir a invitados en casa durante estas fechas.

¡Bienvenido, diciembre! Diciembre es un mes especial y por eso quería traeros una de mis recetas de galletas navideñas favoritas. Creo que voy un poco a contracorriente, porque sé que llegamos a esa época en la que todo el mundo comparte exactamente la misma receta de turrón saludable. Spoiler alert: no se parece en nada al turrón de verdad, no cruje y ni siquiera está rico. Comemos turrón una vez al año: compradlo del de verdad y disfrutadlo.
En Instagram soléis pedirme constantemente recetas de galletas y yo me resisto. Es muy complicado hacer unas galletas saludables que se parezcan a las galletas azucaradas de verdad. El motivo es que, para que una galleta tenga la textura de galleta, es imprescindible el uso de azúcar y grasa en cantidades bastante grandes. Lo que hace que la galleta cruja y se mantenga crujiente es la caramelización del azúcar al hornearla. Sin azúcar, usando fruta para endulzarlas, podemos conseguir que estén firmes y ligeramente crujientes recién horneadas, pero al cabo de unas horas pierden el crujiente. Es pura química. Eso sí, podemos falsear el crujiente añadiendo ingredientes que naturalmente lo sean, como frutos secos troceados. O conseguir la combinación perfecta de ingredientes, grosor y tiempo de horneado para que aguanten crujientes el máximo posible, como hice con estas galletas.

Las de hoy, por el contrario, tienen una textura distinta, perfecta para mojar en un buen vaso de leche calentito los días de más frío. Estas galletas integrales de miel y canela están tostaditas por los bordes y tiernas en el centro, contienen solo 2 g de azúcar añadido (procedente de la miel) por galleta y un sabor a invierno que es adictivo. Tómatelas recién horneadas para disfrutar mejor de su sabor y de su textura.
Galletas integrales de miel y canela
Ingredientes
- 120 g harina integral (de trigo, espelta o avena)
- 80 g mantequilla ablandada
- 125 g dátiles (¡no los remojes!)
- 40 g miel pura
- 1 cucharadita bicarbonato sódico
- ½ cucharadita canela
- ½ cucharadita jengibre molido
- ½ cucharadita clavo molido
- 1 pizca sal
Elaboración paso a paso
- En una picadora, tritura los dátiles, la mantequilla y la miel.
- En un bol grande, mezcla el resto de los ingredientes. Incorpora el contenido de la batidora y mezcla con las manos hasta que quede una masa homogénea. Deja enfriar en la nevera una hora.
- Precalienta el horno a 190 ºC.
- Divide la masa en 12-15 porciones, forma con cada una de ellas una bolita y aplánala dándole forma de galleta fina. Colócalas sobre una bandeja de horno cubierta de papel vegetal y hornea durante 10 minutos, con mucho cuidado de que no se quemen. Deben quedar doradas, pero no quemadas.
- Levántalas de la bandeja con mucho cuidado para que no se rompan y déjalas enfriar en una rejilla para que endurezcan.
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