Gracias al calabacín, el bizcocho se mantiene jugoso, sin alterar el sabor final debido a su gusto neutro.
Esta receta es mi nueva obsesión. Puede que no conozcáis los bizcochos de calabacín, pero son el mejor descubrimiento cuando pretendes eliminar el azúcar y reducir las grasas en repostería: gracias al calabacín, el bizcocho se mantiene jugoso, sin alterar el sabor final debido a su gusto neutro.
Esta versión es esponjosa, jugosa y con el punto exacto de dulzor. El intenso sabor a canela gusta a todo el mundo, mientras que el toque crujiente lo aportan las nueces. Si se convierte en vuestro bizcocho preferido, no me sorprendería nada. Esta receta va sin lactosa, pero podéis sustituir la bebida vegetal por leche de vaca si no sois intolerantes a esta.
Bizcocho de calabacín sin lactosa
Tiempo de preparación: 1 hora y 10 minutos
Raciones: 1 bizcocho (12 porciones)
Valor energético (por porción): 150 kcal
Ingredientes
- 2 huevos
- 180 g de harina integral de trigo
- 50 g de aceite de coco
- 25 g de stevia granulada
- 180 ml de leche de almendras
- 1/2 cucharadita de levadura química y 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 2 cucharaditas de canela
- 2 cucharaditas de aroma de vainilla
- 200 g de calabacín rallado
- 60 g de nueces picadas
Preparación
- Precalienta el horno a 180 ºC y engrasa un molde de bizcocho rectangular con aceite de coco.
- En un cuenco, mezcla el aceite de coco, la stevia y la vainilla. Añade a continuación los huevos y la leche de almendras y vuelve a mezclar.
- En otro cuenco, combina la harina, la levadura, el bicarbonato y la canela. Viértelo en el primer cuenco y mézclalo todo bien hasta que quede homogéneo.
- Incorpora entonces el calabacín rallado y las nueces picadas y distribúyelos de manera homogénea.
- Vierte la masa en el molde y hornea durante unos 50 minutos. Deja enfriar unos minutos antes de desmoldar y deja que el bizcocho se enfríe por completo en una rejilla.